La semana pasada se fue la luz en todo el fraccionamiento en donde vivo y duró cerca de 48 horas. Y al estar tomando el sol en el jardín escuché a varias personas reír, pero una de ellas sobresalía mucho de las demás, tanto que me hacía reír también. Pensaba que seguramente la vecina había planeado una reunión en su casa con su familia y amigos y pues ya no le quedó de otra más que disfrutar y reir con sus invitados aunque no hubiera luz.
Estudié sobre la importancia de la risa, y tiene muchas ventajas en nuestro organismo: Mejora el oxígeno en el cuerpo, mejora la circulación, los pulmones, los músculos y libera hormonas en nuestro cerebro, como las endorfinas, dopamina, serotonina y oxitocina. Reduce el estrés, el dolor físico, mejora la concentración, autoestima, además de traer relajación trae placer, paz, alegría y fortalece el sistema inmune, entre otros beneficios.
Al saber esto, la verdad siempre quiero estar riendo, pero ¿cómo le hago?
Diferencia entre Alegría y Gozo:
Para tener alegría, se necesitan estímulos, como el aumento de un sueldo, un mejor trabajo, una casa nueva, una relación, etc. Inclusive pueden ser estímulos negativos, como el alcohol, las drogas, los chismes o las burlas. La alegría disminuye con el tiempo, y es de corta duración.
En cambio, el gozo no necesita de un estímulo y puede ser sostenible todo el tiempo. Para mantenerlo necesitamos la presencia de Dios en nuestras vidas, es Sobrenatural y Divino.
La Biblia nos enseña que hay cuatro cosas que provocan que los hijos de Dios estén siempre gozosos:
Dios nos asegura que, aunque enfrentemos muchas aflicciones, Él nos librará y nos fortalecerá. Cuidemos nuestra salvación, la presencia de Dios, la esperanza y nuestra comunión con el Espíritu Santo para preservar el gozo del Señor, que es nuestra fortaleza en nosotros y en nuestras generaciones.
Salmos 34:19-20. “Muchas son las aflicciones del justo, mas de todas ellas le libra Jehová. Él guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrado.”