¿Te has detenido a considerar porque eres extraordinariamente favorecida?

¿Porque eres extraordinariamente favorecida? En Lucas 1:49 dice así: "Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre."  María recibió una invitación de parte de Dios para concebir a su hijo Jesús, el Salvador del mundo, en su vientre. Ella recibió el favor de Dios para ser un instrumento en manos del […]

¿Porque eres extraordinariamente favorecida?

En Lucas 1:49 dice así:

"Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre." 

María recibió una invitación de parte de Dios para concebir a su hijo Jesús, el Salvador del mundo, en su vientre. Ella recibió el favor de Dios para ser un instrumento en manos del Poderoso y Gran Dios.

El favor de Dios es la manifestación de su amor inmerecido, es su disposición a bendecirnos, protegernos y guiarnos y para esto hay que estar en SINTONÍA con nuestros Dios, buscar SU PRESENCIA y alimentarnos de su PALABRA en todo tiempo.

Cuando nosotros aceptamos a nuestro Señor Jesús en nuestro corazón, la Palabra de Dios dice que el Espíritu Santo viene a sellarnos, garantizando que ya somos propiedad de nuestro Señor y Dios, y que Él vive dentro de nosotros.

Y si tenemos al SALVADOR DEL MUNDO, A JESÚS dentro de nosotros, en nuestro corazón, "SOMOS MUY FAVORECIDOS". Es un gran honor porque, así como María, tu y yo SOMOS UN CONDUCTO DE SALVACIÓN.

 ¡Tienes a JESÚS DENTRO DE TI! y puedes llevar las buenas nuevas de salvación a los que te rodean.

Eres privilegiado. ERES EXTRAORDINARIAMENTE FAVORECIDA. Dios te tiene en honra y eres honorable. Puede ser que no te hayas sentido favorecido, pero se que Dios hoy cambia ese pensamiento en ti. Tú eres favorecido; sé libre de esos pensamientos que te agobian, que te dicen que no tienes el favor de Dios. 

Dios hoy te hace libre, en el nombre de Jesús. Dios te ama por lo que ERES SU HIJO, y no por lo que haces. ERES EXTRAORDINARIAMENTE FAVORECIDA.

Invitación al plan de salvación:

Si quieres recibir a Jesús en tu corazón, alza tu mano allí donde estás y acompáñame en esta oración: "Señor Jesús, hoy abro las puertas de mi corazón para que tú reines. Te pido perdón por todos mis pecados y me arrepiento. Hoy tomó un nuevo camino contigo, reconociendo que eres mi Salvador y Señor. Bautízame con tu Santo Espíritu y úsame para tu gloria. En el nombre de Jesús, Amén."

Y ahora, así como María, puedes decir: "Mi alma alaba al Señor… porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo, Santo, Santo es su nombre."

Autora

Ale Abiú